miércoles, 19 de diciembre de 2012

HAMLET DE LAS ARMAS


El viernes pasado almorzamos enterándonos de que un tipo entró a una escuela y mató a 20 criaturas de entre 6 y 7 años, y a algunos adultos más. Muchas, demasiadas veces, escuchamos que la violencia que vivimos los argentinos día a día es insoportable, que la inseguridad no nos permite salir a las calles, que vivimos en tierra de nadie. Y que por qué no somos un poquito más como Estados Unidos, que es un país tan ordenado y civilizado. 
Y el por qué muchos de nosotros no queremos ser ni parecernos a eso, lo explica Michael Moore, que siéndolo, no quiere tampoco serlo.



Son las Armas - Pero Todos Sabemos, No Son Realmente Las Armas

Por Michael Moore.


Desde que Caín se volvió loco y achuró a Abel, siempre han existido esos humanos que, por una razón u otra, se vuelven temporal o permanentemente locos y cometen innombrables actos de violencia. Estaba el Emperador Romano Tiberio, quien durante el primer siglo DC disfrutaba de arrojar víctimas desde un acantilado en la mediterránea isla de Capri. Gilles de Rais, un caballero francés y aliado de Juana de Arco durante la edad media, se volvió loco loco un día y terminó asesinando a cientos de niños. Sólo unas décadas después, Vlad el Empalador, la inspiración para Drácula, estaba matando gente en Transylvania en incontables maneras horripilantes.

En los tiempos modernos, casi todas las naciones tienen un psicópata o dos que ha cometido un asesinato en masa, sin importar cuán estrictas son sus leyes de armas – los dementes de la supremacía blanca en Noruega hace un año, el carnicero del patio de la escuela en Dunblane, Escocia, el asesino de la École Polytechnique de Montreal, el asesino en masa de Erfurt, Alemania... la lista parece interminable.

Y ahora el tirador de Aurora el viernes pasado. Siempre ha habido gente demente, y siempre la habrá.

Pero acá está la diferencia entre el resto del mundo y nosotros: Nosotros tenemos DOS Auroras que tienen lugar cada día de cada año!. Al menos 24 americanos por día (8-9.000 por año) son asesinados por personas con armas – y eso es sin contar a aquellos que mueren “accidentalmente” por armas o que se suicidan con armas. Contalos y podés triplicar el número a más de 25.000.

Eso significa que Estados Unidos es responsable por más del 80% de todas las muertes por armas en los 23 países más ricos combinados. Teniendo en cuenta que la gente de esos países, como seres humanos, no son ni mejores ni peores que nosotros, bueno, entonces, por qué nosotros?

Tanto los conservadores como los liberales en EEUU operan bajo una fuerte convicción de el “por qué” de este problema. Y la razón por la cual ninguno de los dos pueden irse por fuera de sus estructuras y encontrar una solución real es porque, de hecho, ambos tienen la mitad de la razón.

La derecha cree que los Padres Fundadores, a través de un decreto divino, les garantizaron un derecho absoluto para poseer tantas armas como desearan. Y te van a recordar incesantemente que un arma no se dispara sola – que “Las armas no matan a las personas, las personas matan a las personas.”

Por supuesto, ellos saben que están siendo intelectualmente deshonestos (si es que puedo usar esa palabra) cuando dicen eso sobre la Segunda Enmienda porque saben que los hombres que escribieron la Constitución sólo querían asegurarse una milicia que pudiera ser convocada rápidamente entre campesinos y comerciantes en el caso de que los británicos decidieran regresar y sembrar el caos.

Pero tienen la mitad de la razón cuando dicen que “Las armas no matan a las personas.” Yo alteraría solo un poco el slogan para decir la verdad real: “Las armas no matan a las personas. Los americanos matan a las personas.”

Porque somos los únicos en el Primer Mundo que hacemos esto en masa. Y vas a escuchar a todo tipo de americanos con una enorme cantidad de razones en tanto tengan que enfrentar lo que está realmente detrás de todo este asesinato y caos.

Van a decir que las responsables son las películas violentas y los video juegos. La última vez que me fijé, las películas y los juegos en Japón eran más violentos que los nuestros – y aún así menos de 20 personas por año suelen ser asesinadas con armas – y en 2006 el número fue dos!

Otros dirán que es la cantidad de hogares rotos que lleva a todos estos asesinatos. Lamento tener que decirte esto, pero hay casi tantos hogares con un sólo padre o madre en el Reino Unido como hay aquí, y sin embargo, en Gran Bretaña hay usualmente menos de 40 asesinatos por armas por año.

La gente como yo va a decir que esto es todo resultado de que los EEUU tengan una historia y cultura de hombres con armas, “cowboys e indios”, “dispará primero y preguntá después.”. Y si bien es cierto que el genocidio de los nativos americanos sentó un modelo bastante desagradable sobre el cual fundar un país, creo que puedo decir con seguridad que nosotros no somos los únicos con un pasado violento o una inclinación por el genocidio. Hola, Alemania! Así es, estoy hablando de ustedes y su historia, desde los Hunos hasta los Nazis, siempre amando una buena matanza (como lo hicieron los japoneses, y los británicos que dominaron al mundo durante cientos de años – y no lo consiguieron plantando margaritas). Y sin embargo, en Alemania, una nación de 80 millones de personas, hay alrededor de 200 asesinatos por armas por año.

Así que esos países (y muchos otros) son exactamente como nosotros – salvo por el hecho de que acá hay más gente que cree en Dios y que va a la Iglesia que en cualquier otra nación occidental.

Mis compatriotas liberales te van a decir que si tuviéramos menos armas, habría menos muertes por armas. Y, matemáticamente, eso sería cierto. Si tenés menos arsénico en las reservas de agua, va a morir menos gente. Menos de cualquier cosa mala – calorías, fumar, reality shows – va a matar a mucha menos gente. Y si tuviéramos leyes fuertes contra las armas que prohibieran las automáticas y semi automáticas y prohibiera la venta de grandes cargadores que pueden tener millones de balas, bueno, entonces los tiradores como el hombre de Aurora no podrían dispararle a tanta gente en sólo unos minutos.

Pero esto, también tiene un problema. Hay muchas armas en Canadá (la mayoría son rifles de caza) – y sin embargo el número anual de asesinatos por armas en Canadá es de cerca de 200 muertes. De hecho, debido a su cercanía, la cultura de Canadá es muy similar a la nuestra – los niños juegan a los mismos video juegos violentos, miran las mismas películas y programas de TV, y aún así no crecen queriendo matarse los unos a los otros. Suiza tiene el 3er número más alto de armas per cápita del mundo, pero igual una baja tasa de asesinatos.

Entonces – por qué nosotros?

Planteé esta pregunta hace una década en mi película “Bowling for Columbine”, y esta semana tuve poco para decir porque sentía que ya había dicho lo que tenía que decir hace diez años – y no parece haber hecho demasiado bien salvo que ahora se ve como si hubiese sido una bola de cristal haciéndose pasar por película.

Esto es lo que dije en ese entonces, y es lo que voy a decir de nuevo hoy:

1. Nosotros los americanos somos asesinos increiblemente buenos. Creemos que matar es una forma de lograr nuestras metas. Tres cuartas partes de nuestros estados ejecuta criminales, siendo que los estados con las menores tasas de asesinatos son generalmente los estados sin pena de muerte.

Nuestras matanzas no son solo históricas (la masacre de los Indios y esclavos y entre nosotros en una guerra “civil”). Es nuestra forma actual de resolver cualquier cosa a la que le tengamos miedo. Es la invasión como política exterior. Seguro, tenemos Irak y Afghanistán – pero hemos sido invasores desde que “conquistamos el lejano Oeste” y ahora estamos tan mal enganchados que ya ni sabemos qué invadir (bin Laden no estaba escondiéndose en Afghanistán, estaba en Pakistán) o para qué invadir (Saddam tenía cero armas de destrucción masiva y nada que ver con el 11 de Septiembre). Enviamos a nuestras clases bajas a matar, y el resto de nosotros que no tenemos un ser querido allá no perdemos ni un minuto de ningún día pensando en la matanza. Y ahora mandamos para matar aviones remotos sin pilotos, aviones que están siendo controlados por un hombre sin rostro en un suntuoso estudio con aire acondicionado en los suburbios de Las Vegas. Es una locura.

2. Somos un pueblo fácilmente asustable y es fácil manipularnos con el miedo. De qué estamos tan asustados que necesitamos tener 300 millones de armas en nuestras casas? Quién creemos que nos va a lastimar? Por qué están la mayoría de estas armas en casas rurales o suburbanas de gente blanca? Tal vez deberíamos arreglar nuestro problema racial y nuestro problema de pobreza (de nuevo, el 1ro en el mundo industrializado) y luego quizás habría menos gente frustrada, asustada y enojada agarrando su arma del cajón. Tal vez nos cuidaríamos más los unos a los otros. (Aquí hay un buen ejemplo de lo que quiero decir)

Eso es lo que pienso sobre Aurora y el violento país del cual soy ciudadano. Como ya dije, lo expliqué todo aquí, si querés verlo o compartirlo gratis con otros. Lo único que nos falta, amigos, es el coraje y la determinación. Yo me juego, si ustedes se juegan.


(La nota original, en inglés, acá)

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