martes, 11 de diciembre de 2012

MARITA



El domingo, la Presidenta había premiado a la mamá de Marita Verón, Susana Trimarco, por su incansable lucha para recuperar a su hija y su cruzada para liberar a muchas chicas de las redes mafiosas de trata de personas y prostitución.
También la Presidenta había acusado duramente a la Justicia por su accionar o, mejor dicho, por su no accionar. Hoy nos dieron la prueba más acabada de que ella tenía razón. 

Marita Verón es la que conocimos. A la que le vimos la cara en la foto. La cara de todas esas chicas a las que todos los días las suben a un auto, a un micro, y nadie más las vuelve a ver. Pero todos los días las ven decenas de tipos. Y muchos más saben que ellas están en cientos de lugares. Y nadie las ve. Durante mucho tiempo, incluso nosotros, vos, yo, los que hoy estamos muy indignados, tampoco las vimos. Susana Trimarco nos las puso en la cara y nos hizo despertar.

Cuánta bronca, cuánta vergüenza, cuánto dolor.
Hoy en la calle me puse a despegar cartelitos de esos que pegan en las paradas de colectivo, en los postes, en los teléfonos públicos, ofreciendo a pibas que, es probable, sean Maritas. La ví a una piba con un chaleco del Gobierno de la Ciudad haciéndolo, y le tuve que preguntar si lo hacía por convicción o la mandaban. Todavía están esas cosas, viste, que te hacen dudar del compromiso con estas causas tan jodidas, tan de abajo, tan de mirar para otro lado.

Perdón, Marita. 
Perdonanos a todos por no prestar atención. 

Le debemos a nuestra condición de ciudadanos libres pelear por ellas, que les robaron su libertad. Le debemos a nuestra condición de ciudadanos dignos pelear por ellas que les robaron su dignidad. Le debemos a nuestra condición de ciudadanos, reclamarle a esta Justicia que haga Justicia. 

Esta vez, quiero que la Justicia, ella, mujer, se saque la venda de los ojos. 



1 comentario: